Las economías de América Latina y el Caribe seguirán débiles en los años posteriores a la pandemia del coronavirus. Y deben implementar reformas fiscales urgentes para enfrentar los desafíos sociales. Dijo el sábado el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La organización espera que la región experimente una expansión económica promedio del 4.1% este año. Luego de una contracción del 7.4% en 2020, lo que representa la peor crisis económica registrada desde 1821.
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Sin embargo, el crecimiento económico podría desacelerarse a 2,5% en 2022 y 2023, dijo el BID en un comunicado durante su asamblea anual. Peor aún, la región corre el riesgo de ver un tímido crecimiento de 0,8% este año, antes de contraerse 1,1% en 2022 y crecer 1,8% en 2023, agregó el BID, instando a los países a sentar las bases para una recuperación más sólida.
Si la región quiere lograr tasas de crecimiento más fuertes. Debe implementar reformas para mejorar la productividad, ayudar a conectar a las empresas con la cadena de valor global. Y promover las economías digitales y la creación de empleo de manera inclusiva y sostenible, dijo el BID.
Los países con bajos ingresos fiscales deberían intentar aumentar sus ingresos sin sacrificar el crecimiento económico, dijo el banco. El aumento de los ingresos debe asignarse a proyectos que pueden tener un fuerte impacto social, como las obras de infraestructura necesarias para construir una economía digital y generar empleo.
Si bien algunos países implementaron grandes paquetes fiscales durante la pandemia, más de dos tercios de los gobiernos de la región brindaron una asistencia más modesta de alrededor del 3% del producto interno bruto o menos, dijo el BID.